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martes, 17 de noviembre de 2009

BIENAVENTURANZAS DE LOS MATRIMONIOS

1 Pedro 3:1-7

Bienaventurados son el esposo y la esposa
que continúan afectuosos,
considerados y amantes después que las campanas
nupciales han dejado de sonar.

Bienaventurados son el esposo y la esposa que son
tan condescendientes y corteses el uno con el otro
como son con sus amigos.

Bienaventurados son aquellos que tienen un sentido de humor,
porque este atributo será un medio disponible para absorber
el impacto de los embates de la vida.

Bienaventurados son los que aman a su cónyuge
más que a ninguna otra persona en el mundo y que alegremente
cumplen su promesa matrimonial de
fidelidad y de ayuda mutua por ambas partes.

Bienaventurados son los que llegan a ser padres,
porque los hijos son la herencia del Señor.

Bienaventurados son aquellos que dan gracias a Dios
por el alimento antes de participar de él y que separan algún
tiempo cada día para la lectura de la Biblia
y la oración.

Bienaventurados son aquellos cónyuges que nunca
se hablan uno al otro en voz alta y que hacen de su hogar un sitio
donde nunca se oye una palabra desalentadora.

Bienaventurados son el esposo y la esposa que fielmente
asisten a los cultos de adoración de la iglesia y que trabajan
juntos en la iglesia para el extendimiento del Reino de Cristo.

Bienaventurada es la pareja que tiene una comprensión
completa de los asuntos financieros
y que delinea un plan de sociedad con el dinero que recibe.

Tomado de: http://jesucristo,elqueamamialma.blogspot.com/

¡Les Bendigo!

Lucas 24:26


Nehemías 9:17


Deuteronomio 4:40


sábado, 14 de noviembre de 2009

LAS BATALLAS DEL CRISTIANO

Hebreos 10:32-33
“Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos; por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante”.

INTRODUCCIÓN: Antes de que cada uno de nosotros llegáramos a los pies de Jesús hubo un momento en que las tinieblas nos envolvieron y estábamos perdidos, pero dice la Biblia que un día la luz de Dios vino sobre nuestra mente espiritual y nos resucitó (Jn. 3:17, 19, 20). Cuántos de nosotros después de haber aceptado al Señor empezamos a tener problemas en nuestra casa, en nuestro trabajo, con nuestros familiares o nuestros amigos; empezamos a tener batallas, pero ahora con el poder del Espíritu Santo podemos vencer, porque nuestras armas no son carnales sino poderosas en Dios para derribar fortalezas (2ª Co. 10:4).

DESARROLLO: Mientras andamos como peregrinos sobre esta tierra vamos a estar en una guerra y debemos saber cuáles son las batallas que vamos a enfrentar; el apóstol Pablo le decía a Timoteo que debía pasar por tres etapas, la de sembrador, atleta y soldado; el soldado es el que se enfrenta contra el enemigo, y aunque Jesucristo ya lo venció en la cruz, debemos conocer que luchas son las que nosotros vamos a enfrentar, para que se cumpla en nosotros la escritura que dice que no ignoramos las artimañas de nuestro adversario el diablo (2ª Co. 2:11).

BATALLA DE PADECIMIENTOS, He. 10:32: Esta batalla la peleamos principalmente cuando somos recién convertidos, porque el enemigo empieza a levantar luchas en contra nuestra en el trabajo, con nuestros antiguos amigos, en nuestra casa, en donde estudiamos etc., y también a medida que crecemos espiritualmente empiezan a venir padecimientos que no experimentábamos cuando estábamos en el mundo, y eso lo aprovecha el enemigo para atacarnos haciéndonos creer que estábamos mejor en el mundo que ahora en Cristo (Mt. 13:20-21), pero debemos pelear y reprender para no dejar que nos engañe, porque él es padre de mentira.

BATALLA CONTRA FUERZAS NATURALES, Hch. 27:1718: La batalla contra las fuerzas naturales, es cuando en ocasiones son manipuladas por el enemigo y pelean contra nosotros para que no hagamos la obra de Dios; en Marcos 4:35-41 el Señor Jesucristo iba hacia Gadara con el propósito de liberar a un endemoniado y convertirlo en un predicador, para que a través del mensaje se convirtieran los habitantes de las ciudades llamadas Decapo lis, y lo primero que hace el diablo es levantar una tormenta, pero el Señor Jesucristo sabía que esto no era normal, sino que era una lucha de los elementos naturales motivados por el diablo. Debemos discernir cuando pasamos aflicciones, luchas o padecimientos, sí es una prueba que viene de parte de Dios debemos de gozarnos, pero sí viene del diablo debemos reprender. No es conveniente reprender sin discernir, por ejemplo en el caso de Jonás la tormenta fue enviada por Dios para que Jonás cumpliera el mandato que se le había dado (Jon. 1:4).

LA BATALLA DE LA FE, 1 Ti. 1:18: Nosotros estamos peleando la batalla de la fe o la batalla contra la incredulidad, porque el enemigo va a atacar la fe con la incredulidad; mucha gente llega a la iglesia y no creen lo que se predica, muchos oyen hablar de Cristo y no creen, como en el caso de los discípulos, porque algunos de ellos adoraban y dudaban al mismo tiempo (Mt. 28:17), así mucha gente oye el evangelio pero dudando y eso se llama incredulidad, y la incredulidad es un enemigo terrible para que nosotros no podamos agradar a Dios (He. 11:6), y para que no podamos conquistar Canaán, la incredulidad es tan tremenda que puede impedir que personas sean levantadas sin ver muerte, porque Enoc antes de ser llevado tuvo testimonio de agradar a Dios. Entonces cuando lleguen esos dardos a la mente, debemos pelear y reprender.

PASIONES QUE COMBATEN CONTRA EL ALMA, 1ª P. 2:11: Existen en el campo de batalla pasiones que combaten contra nuestra alma. Pasión: deseo desordenado, sin freno, un anhelo ferviente de algo prohibido. Es decir que en nuestra alma hay anhelos sin límites, desordenados que son pasiones y debemos combatir contra ellas en el nombre de Jesús. Una de las pasiones puede ser el sexo, y este es uno de los enemigos más poderoso porque no tiene edad, puede haber alguien de cualquier edad con pensamientos obscenos y deleitarse con ellos (Judas 5-8), otras pasiones son los vicios, lo mismo puede suceder con la comida cuando se convierte en una pasión, otras de las pasiones con las que podemos llegar a combatir son: Pasiones Viles de deshonra (Ro. 1:26), Desordenadas (Ro. 1:27), Pecaminosas (Ro. 7:5), De la carne (Gá. 5:24), Bajas (Col. 3:5), Insensatas (1 Ti. 6:9), Juveniles (2 Ti. 2:22), Diversas (2 Ti. 3:6), Propias (Jud. 18), Mundanas (Tit. 2:12), Engañosas (Ef. 4:22), etc.

LA LUCHA CONTRA EL PECADO, He. 12:4: La lucha contra el pecado es la que constantemente estamos librando y no dejaremos de hacerlo hasta que seamos transformados, porque aún el apóstol Pablo decía: “quien me librara de este cuerpo de muerte” (Ro. 8:24), porque en esta lucha hay ocasiones en que pecamos y no es lo que deseamos hacer, por eso la lucha es constante para que el pecado no nos alcance.

LUCHA CONTRA PRINCIPADOS, HUESTES, GOBERNADORES, POTESTADES; Ef. 6:12: Esta lucha es espiritual, es del reino de luz contra el reino de las tinieblas, en donde el enemigo ha organizado a sus ejércitos en principados, huestes, gobernadores y potestades, y nosotros peleamos contra alguno de estos grupos de acuerdo a nuestra estatura espiritual, pero debemos hacerlo con la armadura que Dios ha dejado para que obtengamos la victoria (Ef. 6:1317).

CONCLUSIÓN: Las batallas del cristiano son duras y para poder ganarlas es necesario buscar el equilibrio, pedir a Dios que nos dé discernimiento y confiar en que nuestro poder radica en El y que solamente con su ayuda podremos vencer, como dice la escritura, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Fil. 4:13) y que “Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. (Ro. 8:37).

Nosotros a veces nos ponemos a luchar contra Dios cuando queremos estorbar su obra, por eso debemos de ser cuidadosos con lo que estamos haciendo no sea que seamos hallados luchando contra Dios (Hch. 5:39).

Tomado de: http://www.ebenezer.org/.
¡Les Bendigo!

2 Corintios 5:20


Juan 6:66


Salmos 92:4


viernes, 13 de noviembre de 2009

LA ARMADURA DE DIOS

Efesios 6:13-17

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”.

INTRODUCCIÓN: Debemos entender que al separarnos del mundo automáticamente venimos a ser “enemigos” del sistema mundano, por lo que necesariamente tendremos que librar batallas en contra de huestes espirituales de maldad, demonios, tentaciones (1 Ti. 4:16 Ef. 6:12), lo que nos hace vulnerables sí no estamos preparados para enfrentarnos a nuestros enemigos, mayormente sí desconocemos que Dios nos ha dejado armas poderosas que tenemos a nuestro alcance y que debemos utilizar sí queremos llegar a alcanzar la estatura de más que vencedores.

DESARROLLO: En 1ª Samuel 15:2, 2 S. 6:2, Salmo 69:6 y otros pasajes más se menciona al Señor como Jehová de los Ejércitos, lo que significa que es el mismo Señor el que va a equipar a sus soldados con las armas necesarias durante las batallas que se han de librar, pero que El irá delante de nosotros como valiente guerrero (Ex. 15:3) Dios provee una armadura completa para todo aquel que ha venido a engrosar las filas de su ejército de valientes (Ef. 6:13).

De acuerdo al orden en que nos las presenta la Palabra veremos primeramente las armas defensivas y por último la única arma ofensiva.

CEÑIDOS LOS LOMOS CON LA VERDAD: Es tan importante esta arma que Dios la menciona como prioridad, ya que en los últimos tiempos ha de venir un movimiento de engaño tan fuerte que sí nosotros no estamos ceñidos con la verdad fácilmente podríamos ser movidos (2ª Ts. 2:2). Además podríamos añadir a esto que el ceñirse los lomos con la verdad significa que debemos decir verdad en todo momento (Sal 15:4). Ser diáfanos. El ceñirse es muy importante, pues representa también un humillarse para servir (Juan 13:4). Cristo se ciñó una toalla con el propósito de lavar los pies a sus discípulos, lo que nos enseña su gran amor, el cual se hizo evidente al hacerse pequeño y servir.

En Éxodo 12:11 vemos que el cordero pascual debía ser comido ceñidos los lomos que es un pasaje paralelo a Lucas 12:35, en el cual se nos indica que debemos estar ceñidos esperando la parusía del Señor.

También significa sujeción, ahora ya no hacemos lo que queremos, ahora es Cristo quien nos manda como Señor de nuestra vida. (Jn. 21:18).

LA CORAZA DE JUSTICIA: Esta es otra arma defensiva, la cual iba colocada sobre el pecho del guerrero y tenía la característica de que solamente cubría la parte delantera y no la trasera de la persona, indica que no se le permitía al soldado volver atrás (Lc. 9:62).

El cubrir el pecho significa cuidarnos de aquellos que pudieran lastimarnos el corazón (sentimientos), los cuales regularmente son los más cercanos (Sal 55:1214).

Esto solamente lo podemos lograr sí sabemos que hemos sido plenamente justificados y que esta justificación (1ª Co. 6:8,11) es suficiente motivo para poder rechazar aquellos ataques que recibamos.

EL APRESTO DEL EVANGELIO DE LA PAZ: Luego de haber sido justificados podemos llegar a obtener la paz con Dios (Ro. 5:1) lo que nos capacita plenamente para llevar buenas noticias a todas las naciones (Ro. 10:15). Además esto representa el caminar en el evangelio sin tropezar, llegando a derribar todos los obstáculos que se presenten. Este no es un evangelio gravoso (de cargas) es un evangelio de gracia que causa paz a nuestro ser integral.

EL ESCUDO DE LA FE: Esta arma se utilizaba con las manos, es decir que la fe va a ser sustanciosa sí va acompañada por obras (Stg. 2:18).

El escudo era una arma defensiva pero con gran movilidad, lo que representa a una fe que no es estática sino dinámica y que puede utilizarse de distintas formas, por ejemplo: Como don (1ª Co. 12:9), la fe salvadora (Efe 2:8), como una puerta (Hch. 14:27), la fe universal (Ro. 12:3), la fe sanadora (Hch. 14:9), etc. Es la fe la que nos sirve para apagar TODOS los dardos de fuego del maligno (RVA), entre los cuales pudieran mencionarse los chismes y las murmuraciones (Stg. 3:5,6).

EL YELMO DE LA SALVACIÓN: Esta arma protege la cabeza y significa tener la certeza de nuestra salvación nos es útil para renovar constantemente nuestros pensamientos (Efe 4:26) y así como en el antiguo pacto los sacerdotes utilizaban un sello sobre su frente que decía: Santidad a Jehová (Ex. 28:36), nosotros debemos colocar sobre nuestra cabeza un yelmo que nos proteja de los malos pensamientos que pudieran contaminar nuestro corazón.

LA ESPADA DEL ESPÍRITU: Esta es la única arma ofensiva que nos han dado en nuestra armadura y el Señor la menciona de último indicando que lo último que nosotros debiéramos hacer es ofender a los demás, pues al hacerlo pudiéramos convertirnos en Pedros cortadores de orejas (Juan 18:10). Esta arma debe únicamente ser utilizada por el Espíritu Santo tal como lo hizo el Señor Jesucristo en el monte de la tentación diciendo contundentemente: “Escrito está”. (Mt. 4:4; 7:10).

CONCLUSIONES:

• Vistámonos diariamente con la armadura que Dios nos dio para poder estar debidamente preparados en contra de las asechanzas del diablo sabiendo que existen tres tipos de cristianos el labrador (2ª Ti. 2:6) que se encuentra en el atrio, el atleta (2ª Ti. 2:5) en el lugar santo y por último el soldado (2ª Ti. 2:4) el cual pelea las batallas de Dios pues tiene a disciplina de Dios, por lo tanto permanece en el lugar santísimo.

• Como buenos soldados seamos fieles, disciplinados y sobre todo usemos las armas que Dios nos ha dado para pelear la buena batalla de la fe.

• Al venir a Cristo, Dios nos provee de estas armas, pero debemos aprender a usarlas para llegar a ser diestros en la batalla (1 Co. 9:26).

Tomado de: www.ebenezer.org.gt

Hebreos 5:8


¡Te Amo Jesús!


Salmos 44:5