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lunes, 31 de mayo de 2010

ESTER

Ester 2:7
"Y Mardoqueo había criado a Ester, hija de su tía, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya".

Leer Ester 2
Ester es la última mujer del Antiguo Testamento de la cual conocemos bastante para hacer un perfil de la misma. Encontramos en su carácter y conducta puntos dignos de elogio, pero también otros que lo son menos.

Digamos en primer lugar que, como dice el versículo, era muy hermosa. Tenía que serlo, pues el rey Asuero había ordenado que su imperio fuera reseguido y buscado para encontrar las mujeres más hermosas, y que éstas fueran traídas a Susa. Entre tanta belleza Ester fue considerada superior. Asuero se sintió cautivado por ella y la eligió para sustituir a la reina arrinconada Vasti.

Como cualidades de carácter encontramos dos que son agradables. Primero es su afecto por Mardoqueo, su padre adoptivo y segundo su decisión y valor al oponerse a Amán. Hay muchas personas que cuando emergen de la oscuridad a posiciones de autoridad y favor no se acuerdan más, o fingen no acordarse de las personas con quienes se habían frecuentado antes, incluso de sus deudos y familiares. No podemos decir esto de Ester.

Su valor es indudable. Arriesgó su vida al aparecer ante Asuero sin ser llamada: “Si perezco que perezca”, resuena todavía como una demostración de su valor. Sus acciones fueron decisivas, realizadas con mucho tacto. Era una persona de carácter.

Entre los rasgos menos dignos de alabanza hay la impresión que produce su conducta de que vaciló bastante antes de decidir presentarse al rey (véase capítulo 4). Mardoqueo tuvo que usar lenguaje bastante enérgico para convencerla: “No te imagines que por estar en la casa del rey te vas a librar tú sola más que cualquier judío”. Y especialmente la conmovió otra parte del mensaje: “Quién sabe si para una ocasión como ésta has llegado a ser reina”.

Puede mencionarse también el hecho de que aceptara la proposición de Asuero de hacerla reina con evidente alegría. Vasti no había sido depuesta por una causa legítima, y aunque para discutir con Asuero sus acciones (sería ridículo pensar que podía haberle echado en cara este acto), no hay duda que el que una hija de Abraham se casara con un potentado pagano era una flagrante violación de las órdenes de Dios. En otras palabras, si su conciencia la hubiera acusado de un acto reprobable, podría haber procurado no causar tan buena impresión en el rey.

También es reprobable el que se dejara llevar por el deseo de venganza, o sea, que una vez había conseguido el decreto que permitió a los judíos matar a quinientos hombres en Susa que se oponían a ellos; entre ellos a los diez hijos de Amán (aparte del mismo Amán) no considerara que ya había bastante. Todavía le pidió al rey un día más de venganza (trescientos hombres murieron en esta nueva matanza), y que se dejara colgando de la horca a los diez hijos de Amán. Esto es reprobable.

Los planes de Amán eran para la eliminación de todo el pueblo judío, Ester incluida, si fuera posible, pero Ester no mostró clemencia. Tenemos que llegar al Nuevo Testamento para hallar figuras dulces como María, la madre de Jesús, o María de Betania. Ester también contribuyó a su manera a la redención de su pueblo. Es necesario que sea erigida la cruz en el Gólgota para que cesen todas estas matanzas y la paz y el amor se enseñoreen de los corazones.
¡Les Bendigo!

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