viernes, 6 de febrero de 2009

UN DÍA DE REPOSO

Y acabo Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposo el día séptimo de toda la obra que hizo”. Génesis 2:2

Cuando Dios “reposo el día séptimo de toda la obra que hizo” (Gn. 2:2) enseñaba a la humanidad su intención de que existiera un día de reposo semanal. Claramente, Jehová hizo esto por el bienestar de Adán y Eva (y también por el nuestro), porque de mas esta decir, que Dios no reposo porque estuviera cansado o porque lo necesitara, así como nosotros lo necesitamos. Entonces, ¿Por qué razón lo hizo y, por otro lado, de que forma deberíamos hacerlo nosotros?

El termino Sabbat tiene su raíz en la palabra “cesación”. El día séptimo, Dios ceso su trabajo de la creación del mundo (Ex. 20:8-11). Sin embargo, no ceso su tarea de sustentar y mantener el mundo (Sal. 145:15-16; Col. 1:17). Esta distinción nos ayuda a aclarar el significado del Sabbath, un día de reposo que se aparta para Dios (o se santifica) y se bendice. Su intención es clara, quiere que la gente lo emule, y cese su labor diaria; el ejercicio de su dominio sobre la creación (Gn. 1:28-31); solo por un día entre siete.

Pero este día ¿debería ser solo para descanso? Por supuesto que no, ya que uno de los propósitos mas importantes del día de reposo hoy es proveer un día para los creyentes con el fin de adorar y centrarse en Dios, como seres individuales y como comunidad (Is. 28:13-14). Esto, obviamente no significa que somos libres de ignorar a Dios los seis días restantes; todos los días pertenecen a Dios (comparar con Ro. 14:5-13) pero este día nos da la especial oportunidad para ir ante el Señor, demostrar nuestra dependencia en El como Creador y demostrar nuestra obediencia a El como Señor.

Esto es lo que el día de reposo, o en los tiempos del Nuevo Testamento, el día del Señor, significa: no solo es un día de descanso para entretenerse en actividades ociosas, sino que considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto mas, cuando veis que aquel día se acerca” (He 10:24-25).

Existe una obvia tensión acerca de cómo deberíamos lidiar con el Día del Señor, como una reposo verdaderamente cristiano. En definitiva, el tema es recordar que Jesús declaro que Dios estableció “el día de reposo por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo”. (Mc 2:27). La observancia del día de reposo tampoco deber llegar a ser una obligación legal. En realidad, muchas veces, las circunstancias requieren que desarrollemos ciertas labores durante ese día: un buey podría caer en una zanja y deberíamos sacarlos de allí (Lc. 14:5). Asimismo, los seres humanos tenemos necesidades básicas, que debemos llevar a cabo, incluso durante el domingo (Jn. 5:8-9).

Cuando Dios reposo y aparto el séptimo día, su intención no era mantener la observancia del reposo como una regla sofocante que estamos obligados a seguir. El reposo tenia el objetivo de proveernos de verdadera libertad, para no convertir el trabajo en tiranía y para poder gozar de la compañía de Dios, de nuestros vecinos y de nuestros seres amados.

¡Les Bendigo!

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